¿Para ti la comida va ligada al placer?
¿Sientes que no disfrutas de la vida si no comes?
Muchas personas acuden a la consulta queriendo realizar una dieta para bajar de peso, pero con el pensamiento de que una vez conseguido el reto de llegar al peso “ideal” pueden volver a comer como antes. En general, las personas piensan: “la comida es placer y no quiero dejar de disfrutar”.
El placer puede ser definido como una sensación o sentimiento positivo, agradable o eufórico, que de forma natural se manifiesta cuando se satisface plenamente alguna necesidad del organismo como: beber líquidos cuando se tiene sed y comer cuando se tiene hambre.
Es evidente que la comida se asocia al placer y lo hacemos desde que somos bebés. Si observamos a un bebé tomando el pecho podrás ver que el bebé disfruta de estar en contacto con su mamá, no sólo por la leche materna que lo alimenta y le aporta los nutrientes necesarios, sino también por el amor y el contacto de calidez que hace que un bebé sienta bienestar y placer en esa situación. Cuando crecemos, ese disfrute de la comida sigue estando presente,, al degustar un alimento nos brinda nutrientes y también placer.
Cuando una persona tiene una buena relación con la comida, seguramente puede disfrutar de cualquier alimento, respetando la sensación de saciedad, sin llegar a un descontrol con la comida.
En el caso de las personas que tienen una mala relación con la comida, tienen un deseo que se vuelve incontrolable para su voluntad, donde la adicción por el placer se vuelve autodestructible.
Hay muchos alimentos que son disparadores del placer, que no son recomendables por su bajo aporte de nutrientes, y que nos llevan en muchas ocasiones a no poder parar de comer, como son los alimentos ultraprocesados (patatas fritas, bollería industrial, golosinas, etc.) Estos alimentos son ricos en grasas, azúcar, sal y contienen aditivos que potencian los sabores del alimento. Por lo tanto, es beneficioso elegir alimentos más naturales (frutas, verduras, legumbres) por su alto aporte nutricional y porque son alimentos que nos sacian, nos aportan bienestar pero no nos llevan al descontrol con la comida.
Factores que intervienen en el placer:
Por último, tú tienes el poder de elegir de qué manera quieres relacionarte con la comida. ¿Vives para comer o comes para vivir?
Bibliografía: